/ noviembre 30, 2023

Desde la antigüedad se han destacado las propiedades benéficas del uso de los alimentos tradicionales mexicanos. Sin embargo, este conocimiento sólo en ocasiones se documentaba en algunos escritos, y la principal forma de divulgación era a través de las tradiciones orales entre la población. Si bien se conocen los efectos sobre la salud de algunos alimentos que forman parte de la dieta tradicional de México, existe poca evidencia científica que lo respalde. Es debido a ello, que comenzamos a realizar investigaciones con la finalidad de establecer las bases científicas que respalden este conocimiento ancestral.

Efectos del consumo de los alimentos tradicionales mexicanos sobre la salud

Actualmente existe un incremento en la presencia de complicaciones metabólicas, como los niveles elevador de glucosa y lípidos (triglicéridos y colesterol total) en sangre de la población. Esto se ha relacionado tanto con la disminución en la actividad física debido a los estilos de vida, como con los cambios en la alimentación, entre los cuales se incluyen el aumento del consumo de azúcares y grasas, así como la disminución en el consumo de alimentos tradicionales. Estas alteraciones metabólicas se asocian con el desarrollo de enfermedades como la obesidad, diabetes tipo 2 y dislipidemias (elevación de niveles de lípidos en circulación), que forman parte de los principales problemas de salud pública en México incrementando con ello los costos en el sector de la salud, pero también disminuyendo la calidad de vida de las personas a diversos niveles como personal, social, laboral y económico. Es por ello, que resulta importante para las áreas de las ciencias de la salud y la química en alimentos, la generación de conocimiento que permita diseñar estrategias para reducir la frecuencia de estos problemas en la población, siendo una de ellas retomar el consumo de alimentos que generen un beneficio a la salud.

A través de las tradiciones culturales se han transmitido los conocimientos ancestrales que hacen referencia a los beneficios de algunos alimentos tradicionales. Relatos, códices y remembranzas mencionan que esta información que ha sido utilizada por la población como alternativa ante algunas enfermedades. Algunos alimentos tradicionales mexicanos de los cuales se ha generado evidencia científica incluyen el nopal, la chaya, el guarumbo, las semilla de calabaza, chía y Ramón. Entre los principales beneficios del consumo de estos alimentos están la modulación de los niveles en circulación de glucosa y lípidos, la disminución de biomarcadores de inflamación y estrés oxidante, así como el aumento de actividad antioxidante en circulación y la regulación de la expresión de genes relacionados con el metabolismo de glucosa y lípidos. La inflamación y el estrés oxidante son procesos en los que se generan moléculas como las citocinas pro-inflamatorias y especies reactivas, las cuales pueden dañar a componentes celulares como lípidos, proteínas e inclusive el DNA. El daño a estas estructuras celulares provoca alteraciones en sus funciones, y se han relacionado con el desarrollo de complicaciones metabólicas como la intolerancia a la glucosa, la resistencia a la insulina y las dislipidemias. Las actividades anti-inflamatorias y antioxidantes se le han adjudicado a la presencia de nutrimentos como la fibra y los ácidos grasos poliinsaturados (omegas) así como a los compuestos bioactivos como los polifenoles. Los efectos benéficos de estos componentes se han evidenciado a través de estudios con intervenciones nutricionales en modelos animales, así como en estudios clínicos en seres humanos.

El nopal es un alimento que contiene fibra y algunos compuestos bioactivos como los polifenoles. El consumo de la fibra de nopal se ha asociado con la disminución de la absorción de la glucosa tanto en modelos animales como en personas con diabetes tipo 2. Esto resulta importante ya que las complicaciones en esta enfermedad están asociadas al descontrol de los niveles de glucosa. También se ha demostrado que el nopal como alimento presenta actividad antioxidante, y que su consumo incrementa la actividad antioxidante en circulación en población sana y con diabetes tipo 2. El incremento de antioxidantes en el circulación puede ayudar a sobreponerse del desequilibrio en la defensa antioxidante del organismo, el cual se genera bajo ciertas condiciones como la obesidad y la diabetes tipo 2.

Por otra parte, las semillas de calabaza y chía contienen ácidos grasos poliinsaturados, y uno de sus mecanismos es a través de la modulación del metabolismo de lípidos. En modelos animales de obesidad, se ha demostrado que el consumo de este tipo de semillas reduce los niveles en circulación de lípidos como triglicéridos y colesterol, así como la acumulación excesiva de lípidos en órganos como el hígado, lo cual se asocia con el desarrollo de hígado graso no alcohólico.

Otros alimentos son la chaya, la semilla de Ramón y el guarumbo, los cuales son plantas utilizadas de forma tradicional en la cocina y medicina por la población de la península de Yucatán. Los beneficios de su consumo se han asociado a la presencia de compuestos bioactivos, principalmente polifenoles, por lo que se ha descrito su actividad antioxidante y la modulación del metabolismo de glucosa y lípidos. La evidencia científica ha mostrado que en población con dislipidemias (alteración en lípidos en circulación), el consumo de chaya aumenta la actividad antioxidante, disminuye los niveles de triglicéridos en circulación y regula la expresión de genes antioxidantes. Otro alimento que también regula genes antioxidantes es la semilla de Ramón, conocida como la “nuez maya”. Un estudio en un modelo animal de obesidad mostró que el consumo de harina de semilla de Ramón incrementó la expresión de genes antioxidantes y disminuyó la acumulación excesiva de lípidos en el hígado. Por otro lado, el consumo de guarumbo en un modelo de obesidad se ha observado que disminuye los niveles de glucosa en circulación; de hecho, el nivel de glucosa fue menor a lo que mostró el grupo que recibió metformina como intervención. La metformina es uno de los principales fármacos utilizados para el control de la glucosa en población con diabetes tipo 2.

Profesionales de la salud: su papel en la generación de evidencia científica

Los conocimientos nuevos generados a través de las evidencias científicas son el resultado del trabajo de equipos multidisciplinarios, en los que participan profesionales de la salud provenientes de diversas áreas, incluyendo a los químicos. Este tipo de conocimiento no sólo implica entender acerca de la composición química de los alimentos tradicionales, si no también comprender y/o establecer interconexiones entre el tipo de alimentos, la cantidad sugerida para su consumo, así como la forma de preparación, que permita conservar los nutrimentos y compuestos bioactivos que generan estos beneficios. De igual forma, es importante evaluar cómo nuestro organismo metaboliza cada uno de los alimentos, ya que la manera de preparación de estos alimentos esencial para generar las condiciones óptimas de su consumo y potenciar los beneficios a la salud.

Este nuevo conocimiento genera un valor agregado a los alimentos mexicanos, ya representa la evidencia científica que respalda la información que existía de forma ancestral y empírica acerca de los beneficios de los alimentos tradicionales sobre la salud. En este sentido, nuestro compromiso es seguir mostrando los efectos de los alimentos regionales de México, así como realizar estudios clínicos con la finalidad de establecer estrategias alimentarias basadas en evidencia científica, que sean de bajo costo y fácil acceso a la población.

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Elaborado por:

Dra. Azalia Avila Nava
Investigadora en Ciencias Médicas del Hospital Regional de Alta Especialidad de la Península de Yucatán. Sus líneas de investigación en el área Nutrición e Investigación clínica estudian cómo nutrimentos presentes en los alimentos tradicionales pueden generar efectos benéficos en la salud a través de la regulación de genes y biomarcadores.

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